PERSPECTIVA DE LOS PASTORES

¡NO AMES AL MUNDO! 

Como creyentes de Cristo, debemos amar lo que Dios ama, y odiar lo que Él odia. La epístola de Juan nos recuerda que para amar a Dios hay ciertas cosas que no debes amar y abstenerte de hacer. Juan dice en 1 Juan 2:15-17: " No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre." Es imposible amar a Dios y amar lo que Él odia y a lo que se opone. Nuestro orgullo pecaminoso puede rebelarse contra este pensamiento, ¡pero simplemente no somos capaces de amar al mundo y a Dios al mismo tiempo! Santiago también usa un lenguaje muy fuerte para advertir en contra de la amistad con el mundo cuando dice que "la amistad con el mundo es enemistad con Dios". Así que recuerden, estamos llamados a ser luces en este mundo, pero no de este mundo. Mientras estemos en el mundo, no debemos permitir que las posesiones, las búsquedas y los placeres mundanos se vuelvan más importantes que amar a Dios, porque el mundo está pasando, y su lujuria; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.